Una excelente forma de aprovechar las propiedades de las plantas curativas es a través de la maceración, en este procedimiento puede obtener el extracto para diversos usos medicinales. La maceración de plantas curativas consiste en sumergirlas en algún líquido base dentro de un recipiente, a una temperatura determinada y durante un tiempo requerido, según el tipo de planta.
El procedimiento para obtener plantas curativas maceradas
Como fue previamente dicho, éstas deben introducirse en un recipiente, preferiblemente de vidrio, esterilizado y con una tapa hermética, utilizando un líquido base para sumergirlas. Dicho líquido puede ser vino, alcohol, agua o aceite vegetal, esto dependerá del tipo de planta curativa que se haya elegido.
La duración del procedimiento puede ir desde media hora, hasta varias semanas. En el caso de las plantas que requieran de largos periodos de maceración, lo recomendable es utilizar como líquido base el vino o el alcohol, para evitar la formación de bacterias.
En cuanto a la cantidad, para macerar plantas medicinales se debe disponer de 1 litro del líquido base, y entre 20 o 50 gramos de hojas de la planta destinada para el procedimiento. Una vez cumplido el tiempo, el cual es específico para cada especie, se filtra y se conserva en un recipiente de vidrio para su uso, procurando que no reciba mucha luz.
Principales usos de las plantas curativas maceradas
- El aceite obtenido puede ser utilizado para masajes corporales. Útiles para reducir los dolores musculares, dolores en las piernas por las várices y dolores de articulaciones.
- El aceite puede utilizarse para cocinar, añadiéndole un aroma específico a las comidas según la preparación.
- Las plantas curativas maceradas funcionan como limpiadores de vías respiratorias, cuando se emplean plantas con dichas propiedades y se inhalan a través de un vaporizador.
- Proporcionan aroma a los espacios, bien sea la cocina, o el dormitorio. Aceites esenciales obtenidos de ciertas plantas logran relajar el cuerpo para dormir mejor.
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